Ayer fue día 1 de mayo. Día del trabajador.

Si. Trabajadores. Esa gente que día a día se levanta con el ánimo de conseguir lo suficiente para alimentar a su familia, pagar su casa, la luz, el agua, el teléfono, el coche, etc.
Si. Trabajadores. Esa gente que son los supuestos protegidos de los sindicatos.
Si. Trabajadores. Esa gente que también debería estar protegida por el gobierno, máxime cuando este es supuestamente socialista.
Pues hubo una mini/mega manifestación ayer en Madrid. Lo de siempre. Según los sindicatos 65.000 personas. Según la Policía 6.000. Según la Bruja Lola 6.589.234. Vamos que ni se acercan los unos a los otros. Ni de coña. Y mas teniendo en cuenta que a los sindicalistas, en la mayoría de las ocasiones, no se les puede considerar trabajadores. Vagos sinvergüenzas y chupópteros de los que si trabajan, siendo generosos.
A la cabeza de la marcha los sindicatos convocantes con sus cabecillas. Ignacio Fernández Toxo de CCOO y Cándido Méndez de UGT. Un par de bocas agradecidas del PSOE. Cuando esperaba que empezasen a lanzar gritos contra la mala gestión del gobierno, grandes culpables del agravamiento de la crisis en nuestro país, empezaron a gritar en contra de los empresarios.
De hecho en unas declaraciones a la prensa el Toxo dijo "al único lugar al que se llega es al conflicto, a la movilización, a la huelga y a la crispación de la sociedad española". Si, si. Voy yo y me lo creo. Huelga general. No tenéis cojones a montarles una huelga general a vuestros amiguitos del PSOE. Se os acabaría el rollito. Que sois un bocazas, unos cantamañanas y unos pedazo de cabrones como la copa de un pino. Sinvergüenzas. Que con la mitad de esta crisis el país llevaría 3 meses en huelga si quien dirigiese el gobierno fuese el PP. Si estuviese en mis manos modificaría el código penal para que los sindicatos tuvieses responsabilidad penal en ciertos casos y el sindicalista que no fuese decente diese con sus huesos en la cárcel. Chorizos.
Con eso lo digo todo. O casi.
Además hoy al despedirme no solo voy a mentar la madre que parió al ZoplaPollas, si no que también a la de los dirigentes sindicalistas de España.