Si. Y lo afirmo sin ninguna vergüenza. Vivo en una país de demagogos, imbéciles e hijos de puta. En resumen: vivo en un país de mierda que no nos merecemos (algunos).
Me explico.
Hace unos días conocimos la triste noticia del ataque sufrido por un menor de 2 años en Galicia por un perro de la raza pitbull. Desgraciadamente el niño falleció por las heridas sufridas.
Al padre del niño, que además era el propietario del perro, se le imputo un delito de homicidio por imprudencia y esta a la espera de juicio. Esto lo veo muy normal, ya que al parecer el culpable de todos los hechos fue el, al no tener un animal responsabilidad penal.
Así mismo hay que tener en cuenta que la raza pitbull esta considerada una de las mas peligrosas de las que existen, siendo sus principales características la extrema fuerza en sus extremidades y mandíbula combinada con una gran fiereza y en ocasiones agresividad.
Comprendo el dolor de la familia ante estos sucesos. Y comprendo lo que hizo el abuelo del niño, que viendo la circunstancia de la muerte de su nieto y la ruina que le venia encima a su hijo o yerno (desconozco si es lo uno o lo otro), cogió al perro y lo ahorco en un árbol. Poco consuelo para lo que le había tocado vivir.
Que conste que sin ser un gran protector de los animales siempre he estado en contra del maltrato de los mismos, como por ejemplo lo sucedido este fin de semana en la localidad de Alhaurín El Grande de la provincia de Málaga, donde unos valientes mataron a ostias a un novillo. Pero yo creo que su situación yo, casi todos los que ahora mismo leen esto e incluso los miembros mas radicales de las protectoras de animales habrían hecho lo mismo.
Pues el abuelo del niño ha sido acusado de un delito de maltrato animal por una asociación llamada Justicia Animal, que ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil.
Si bien estoy conforme con que al padre le metan un puro por no haber vigilado en condiciones al niño no estoy conforme con lo del abuelo.
La justicia, como dice un comentario de la noticia, debe ser rápida, severa e inflexible, y seguro que eso se lo aplicaran al padre de la criatura. Y el abuelo en su ajusticiamiento ha sido igual. Ha querido venganza, la ha tenido, y ahora seguramente lo pagara muy caro, aunque no tanto como lo pago su nieto.