Ha llegado a mis manos una copia del “Informe Centeno”
En este informe lo elaboro un conocido Catedrático de Economía de la Universidad Politécnica de Madrid, llamado Roberto Centeno, el 11 de febrero de 2009.
Si lo lees detenidamente, veras que puede parecer bastante catastrofista, pero, con un gobierno como el actual, cualquier cosa es posible, y mas estando Manuel Chaves de por medio.
Lo reproduzco en este post y dos más que se publicarán el día 17 y el 19 del mes actual, sobre las 7 de la mañana, para evitar que sea demasiado largo para la lectura.
Una depresión es un largo periodo —diez años o más— caracterizado por un bajo nivel de producción, consumo e inversión, con quiebras masivas de empresas, un elevado nivel de paro, un descenso de los precios y destrucción de la riqueza de las familias. Y para comprender por qué desembocaremos en esta situación por primera vez en nuestra historia, es necesario entender tres hechos esenciales.
El primero, que desde un punto de vista estructural, el crecimiento económico de España ha sido básicamente tercermundista: no nos hemos adaptado en absoluto a la globalización, y hemos perdido el 15% de cuota de mercado en el comercio mundial, del 2,06 en 2003 al 1,74 en 2007. Es decir, se ha tratado de un crecimiento basado en el consumo interno, sostenido por un incremento masivo de la población —el mayor del mundo desarrollado, consecuencia de la inmigración—, y en el turismo.
Y todo ello fuertemente apalancado (multiplicado) por el endeudamiento masivo de familias, empresas y entidades financieras, también el mayor mundial, y un déficit exterior de más de un 11% del PIB —producimos un 11% menos de lo que consumimos— y realizado mediante la explotación masiva de mano de obra barata: casi el 50% de la población ocupada es mileurista.
Simultáneamente, el punto de inflexión, no sólo inmobiliario, sino del modelo en su conjunto, ocurrida en marzo 2007, ha coincidido con la mayor crisis financiera internacional desde la Gran Depresión, y con el peor Gobierno imaginable, un hatajo de analfabetos funcionales que ha mantenido una inacción suicida durante más de un año, y como acertadamente se ha resumido en estas mismas páginas, “ni sabían entonces por qué crecíamos, ni saben ahora por que nos hundimos”, a lo que se añade una oposición cobarde e incapaz, que no ha tenido el cuajo de plantar cara al Gobierno, y ni siquiera ha presentado una alternativa creíble para enfrentarnos a la crisis.
Y el tercer hecho esencial es un modelo de Estado con un nivel de ineficiencia, despilfarro y corrupción único en el mundo. Todo multiplicado por 17, cientos de miles de funcionarios haciendo lo mismo —sobran unos dos millones—, inventando y controlando 17 normativas diferentes, 17 sistemas informáticos, 17 de todo, y con un mercado fragmentado en 17 parcelas independientes, un desastre para productividad y la eficiencia, y al frente del tinglado cientos, miles, de consejeros, directores generales y toda una patulea de jefes y jefecillos con coche —hay mas coches oficiales que en Estados Unidos— secretaria y despacho de lujo, un cortejo de indocumentados nombrados a dedo con carné del partido, y con el mayor nivel de corrupción de la Historia de España.
Las Comunidades Autónomas consumen el 60% del gasto público, el triple del neto del Estado, 177.000 millones de euros, un 78% del cual es gasto no productivo, frente a un resto de 60.000 millones de euros para financiar España. En total, un 18% del PIB, donde la mitad aproximadamente, el 9%, es gasto innecesario. Ningún país del planeta podría soportar ésta barbarie.
Y éstos son los hechos, ahora las cifras. Y aquí tropezamos con una situación insólita en una democracia: unas instituciones del Estado (Banco de España, INE, etc.) al servicio de un partido, instituciones que mienten y manipulan masivamente tanto sus cifras como sus previsiones, una irresponsabilidad inaudita que ha llevado a muchas familias y empresas a adoptar decisiones equivocadas y peligrosas.
Esto obliga a quienquiera desee saber la verdad a estimar sus propias cifras, que es lo que hacen todas las grandes empresas con intereses en nuestro país. El PIB, estimado a partir de las afiliaciones de la Seguridad Social y la productividad, así como valorando el consumo de gasóleo de automoción, cuya correlación es prácticamente total. En el último trimestre de 2008, el PIB ha caído en un 2%; las afiliaciones a la Seguridad Social, en un 2,5%; y la productividad, en un 0,5%.
Es decir, aquí y ahora, la economía está cayendo al -8% en tasa anual, y a un ritmo, que extrapolado a fines de 2009, pues no hay razón alguna para vislumbrar un cambio de tendencia, superará el -10%. Y eso es una depresión.
La 2ª parte el dia 17 a las 7 de la mañana.
Hace 2 semanas
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